La ciudad embrujada

Hoy no tengo ánimos de hablar sobre la queridísima niña Paulette, tampoco hablaré sobre el mundial, ni mucho menos sobre el reestreno de "Atínale al precio". No. Quiero abordar un tema que a muchos incomoda, al que temen hablar en público por miedo a ser escuchados por terceros. Y es que hoy no fue un día normal, empezando por el clima nublado y un tanto fresco, siendo que en días pasados nos hemos estado muriendo de calor. Para continuar, los rumores sobre los supuestos toques de queda, y el aumento de homicidios en estas ultimas dos semanas, tan solo en el estado de Morelos.
Algo que se ha vuelto muy comentado, pues este tipo de trágicas muertes solo lo veíamos en otros estados como en Chihuahua; las “Muertas de Juárez”. Y con estas advertencias de los narcos diciéndonos que nos cuidemos; ellos están “limpiando la ciudad”, y no se van a preocupar si eres un vaguito más o eres la persona que están buscando. Tan solo para recuperar “su territorio” en el narcotráfico.

Hemos llegado al punto de aceptar algo que va en contra de las leyes de la Constitución; 'Toque de Queda'.
A estas alturas yo vengo escéptico a saber concretamente si son los narcotraficantes los que están haciendo esto, o si en realidad alguien jugando una muy buena broma. Con eso de que cubrieron todos los noticieros con su famosa Paulette Gebarah, incluso ocultando la noticia del sismo ocurrido en Mexicali.
El viernes 16 de abril, la primera advertencia con hora establecida para regresar a casa; fue un día demasiado curioso, pues yo estaba en la calle, justo cuando ya eran alrededor de las 7:30 de la noche, decidí regresar, y que cosas me fui enterando. Pues resulta que muchos negocios ya estaban cerrando, cerca de la zona militar hubo un enfrentamiento de narcotraficantes, el centro estaba completamente vacío, contando los bares. Incluso una farmacia abierta hacia notar el contraste de la obscura ciudad. Tampoco vi que hubiera una sola ruta en servicio y eso que a penas iban a dar las 9 de la noche, siendo que dejan de pasar cerca de las 11 p.m.

Se me hizo algo estúpido, pues la ciudadanía hace nada por defender su libertad, su miedo mismo los encarcela, y nos hacen ocultarnos en nuestras casas hasta el punto de pensar si los ruidos de afuera son disparos o unos simples cuetes. Los pocos que empiezan a hablar sobre mejorar o establecernos una filosofía solo lo hacen porque les ha sucedido algo cercano, como el secretario del TEC de Monterrey, después de que mataran a dos alumnos por un tiroteo que se encontraron cuando salían de la escuela. 

Balazos fuera de las escuelas, decapitados, desaparecidos, enfrentamientos y demás acontecimientos, simplemente son olvidados. ¿Dónde queda nuestro nacionalismo?
Recordando lo que se hizo en el 68’, justamente en Tlatelolco, me hace pensar que los jóvenes siempre han sido los voceros del cambio, y los que siempre buscan justicia. Actualmente los adolescentes están desinteresados en sus estudios, ligados al narcotráfico, pensando en sexo y en cuantos millones podrían ganar por un “trabajito”. Los únicos que buscan cambios, como ya lo mencione, son los que han tenido algo relacionado con la delincuencia, ya sea por la muerte de algún familiar o por haber sido asaltados.

Lo que necesitamos a estas alturas es educación, una cultura para la ciudadanía. Necesitamos nacionalismo; amor a nuestra patria. Necesitamos crecer como país. Dejar de pensar en criticar las acciones del otro, mientras miramos con odio al prójimo, siendo que se ha convertido en lo que nosotros mismos somos. Necesitamos cambiar nuestra persona, si nosotros no lo hacemos nadie lo hará, y sé que esto es algo que todos repiten a diario, y que nadie escucha, y que quizá aun en estos tiempos seguimos creyendo que si el vecino no cambia ¿Para qué cambiar nosotros? Pues no. Ya basta de querer esperar al día siguiente para algo que podemos hacer hoy, ahora mismo. Nuestra autoridad nos traiciona, y lo aceptamos tranquilamente, fingiendo que no lo sabemos. Nos terminamos quejando y al final hicimos nada.
 
Sí el México de hoy esta así, es porque nosotros lo hemos permitido. La delincuencia tiene nombre, porque nosotros tenemos miedo. Miedo de algo que quizá no exista, igual que la influenza ¿Alguien tiene algún conocido que haya muerto por esta epidemia? Pues yo no. Ni conocidos de mis amigos. 
 
Necesitamos como pueblo recordar la revolución que nos llevo a la libertad, recordar cómo luchamos unidos, buscando ejercer nuestros ideales, buscando nuestra independencia, recordar ese amor a la patria que tenían aquellos líderes. Y no solo recordarlo, sino aplicarlo actualmente. 

Solo “aquellos que quieran vivir, déjenlos pelear. Y aquellos que no quieran pelear, no merecen vivir en este mundo de eterna lucha”.

Por eso yo digo YA BASTA, sí el presidente pretende hablar e intentar calmarnos con palabras mientras hace la "guerra al narcotráfico", yo no lo pienso permitir, sí quiere pretender que es un buen político, y una persona que busca el cambio, yo solo dejaré que el mismo se engañe. Quiero luchar por mi patria, porque es lo único que nos queda, y si nadie pelea por ello, nadie más lo hará por nosotros.
Hay que unirnos, y luchar juntos por lo que nos pertenece. Nuestra libertad es nuestro derecho. Hacerlo valer es nuestra obligación.

'Si describir lo que como joven significa vivir en un país como México, hablar de lo singular que resulta la existencia en un estado como Morelos lo es aún más. Un día despertamos y todos tememos salir a la “tiendita”, al día se la refrescamos a quien nos enclaustro el fin de semana por culpa de un “Toque de queda". Jóvenes desaparecidos, empleos que no aparecen, muertos alrededor del estado, políticos que solo prometen y ciudadanos que nos conformamos y opinamos solo del football y telenovelas.
De entre todas las cosas que hacen rico a nuestro país y a nuestro estado desafortunadamente hoy son pocas las que destacan, ya ni el clima perfecto de antaño nos suele acompañar por estos días luego del famoso Calentamiento Global.
Nos hace falta como Morelenses recobrar aquel espíritu guerrillero que en buen lid el General Zapata contagio a su ejército para sacarnos del hoyo, un hoyo al que como pueblo hemos caído de nuevo, o del cual quizá jamás hemos sacado la cabeza. ¿Y para que recuperar esos bríos? Nada más y nada menos que para afrontar el desafío que se nos plantea como individuos y como sociedad para hacer de este lugar, uno en el que priven la honestidad y la reconciliación, las oportunidades y el verdadero progreso'.

"Quizás la más grande y mejor lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia”.

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