Úrsula contraataca... El comienzo.

ADVERTENCIA: Nada de lo aquí expuesto resulta verídico. Favor de retirarse sí sufre de daltonismo, hemofilia, de algún vicio que pueda causarle leucemia a su hijo, o sí es un fenilcetonúrico…

Primeramente recapitularemos el momento, o mejor dicho, aquellos momentos que aún retumban en tu subconsciente, y que noche a noche impiden tu dulce descanso...

Caminabas hacia tu salón, sí, estabas en la escuela y todo parecía ser como cualquier otro día. El sol, las escaleras, los salones, tus amigos, los compañeros, las mismas bancas de siempre... ¿Qué podría cambiar?... Las horas pasaban, en realidad solo minutos, pero eso lo hacia aun más molesto.
Los maestros... ¿Cuáles maestros?... ¿Habías puesto atención a las clases?... Para nada...
Llegaste a un punto crítico mientras contabas las deformidades de tus compañeros...
El día parecía envejecer lentamente, pero intentabas con tu mayor esperanza que esté terminará pronto....
Pareciera que los pisos del inframundo se elevaran, el calor se volvía insoportable...
El sol resplandecía en el punto máximo del lugar donde todos creen viven los mismos dioses…
Todos lo miraban fijamente, aquel humanoide que entraba por la puerta del aula... Todo resultaba tan profundamente insolente, y con una frase como "Cuando entró a este salón siento las malas vibras..." Parecía ser su saludo... ¿Su primera impresión, o tu primera advertencia?
Los segundos proseguían, y tu pretendías fingir que su presencia era un holograma mal programado... Su voz raspaba… ¿Pero qué raspa?... ¡Tus tímpanos! Aquel bigote te hacía dudar su procedencia. Su mirada.... ¡esa mirada! Aquella que ocultaba bajo unas gafas que nunca olvidarás, la cual emanaba felicidad cuando alguien parecía sufrir.
Caminaba constantemente de un lado al otro del salón.... ¿Acaso inspeccionaba tus movimientos? Quizá así podría atacarte más adelante, apuñalando tu punto más débil, un punto que para nada resultaba físico. Su mera presencia te hacia sentir confundido, tus pensamientos te intimidaban, temiendo que aquel ser extraño los pudiese escuchar, y así, aproximarse a ti sigilosamente escupiendo su ira en baba mientras te gritaría...
Cada milésima de segundo parecía una tortura de mil años, pero tan solo era una clase… Debía tener un fin… O al menos eso creías… Mas las palabras parecían confundir tu subconsciente, deseabas salir, pero al parecer ya era tarde, todos tus movimientos eran controlados, ese poder invadía cada centímetro de vida que te caracterizaba… Los colores ya no tenían sentido, aquella felicidad que alguna vez experimentaste parecía sólo haber existido en tu imaginación, incluso ahora tu mente carecía de validez ante aquella abstracta presencia…
Todo parecía indicar que pronto terminaría aquel mal sueño… Pero aquel huevo no mentía, sufrirías por el resto de tu vida, y lo sabias, pero no lo querías creer del todo. A pesar del mal olor, continuaste tu camino… Incluso con aquella advertencia que parecía indicar tu propia muerte…
Caminabas fuera del aula… aparentabas no haber dormido en semanas, tenias ojeras, cansancio, incluso delirabas un poco, sin embargo decidiste no tomarle mucha importancia. Caminaste de regreso a casa.
Justo cuando deseabas descargar todo el estrés del día abriste tu cuaderno. Qué hermosa sorpresa; aquel espectro había dejado un interesante obsequio en tu libreta… Toda una serie de ordenes que seguir perfectamente, enlistados para su posterior materialización… Leíste el primer punto y aún deseabas tu vida, recorriste tu casa tratando de buscar la mejor forma de seguir las ordenes, burlaste toda autoridad posible tan solo para conseguir lo solicitado por aquel individuo que habías conocido a penas la mañana de aquel día tan singular. Todas tus energías habían dado el límite, ¿dónde había quedado tu raciocinio?
Tus movimientos eran tan robóticamente programados que aún, tú mismo, dudabas de tu propia existencia… La línea entre lo imaginario y lo real había desaparecido… incluso eras capaz de ver esa raya alejándose de tu entorno…
¡Perfecto! Los deberes han sido cumplidos, es hora de dormir… Claro, aun tienes una hora para poder descansar, y animándote esperanzado en que siempre habrá un mañana es como te conduces hasta tu habitación.

El día ha sido creado, te animas recordando todo el esfuerzo que realizaste el día anterior, recordándolo tan solo como una dulce pesadilla. Te miras al espejo antes de salir, tu apariencia fea como siempre, la agradeces al cigarro.
Caminas, como todas las mañana hacia los edificios del conocimiento, alegremente, como las personas de tu entorno social suelen caracterizarte.
Pero ese aire espeso, con el que creíste soñar las pocas horas que dormiste, entra a tus pulmones e impide tu necesaria oxigenación. No importa. Prosigues. Y de nuevo, ahí esta… Sentado… Observándote… Tus pupilas explotan… Tus miembros caen lenta y dolorosamente… Un increíble ruido logra que tus oídos se bañen en sangre… No lo soportas… ¿Alguna vez deseaste tu vida?... ¿Por qué ahora suplicas tu muerte?...

Las luces se apagan lentamente… Y despiertas en aquel cuarto blanco… Con aquel chaleco de fuerza que siempre has tenido… Recuerdas tu sueño… Ríes a carcajadas… Los médicos te escuchan… Corren apresurados para sedarte… Como cada mañana…


En memoria de los mejores momentos...
"Si huele mal, mejor no le sigan"
"¿Raspa, Rubi?... ¿pero qué raspa?"
"El huevo no miente"
"Cuando entro a este salón siento las malas vibras"
"No se por qué, pero presiento que no los voy a volver a ver"
"Entonces ¿qué le pasa al mocosito?"
"Pero todo pasa; das lástima"
"Y sí, te vas con la finta: Esta fuertote, esta bien dotado"
"¿Alguien es fenilcetonúrico?"
"La queratina la TENEMOS en el cabello... uñas... cuernos..."
"Las personas que fuman, su apariencia siempre es como fea..."
"Puedes provocarle leucemia a tu bebe sí sigues con ese vicio tan fuerte"
"Nada de animales montados"

Lalo: Estoy arriba de Saúl... o abajo... *confundido*
Profa: ¿En donde te gusta más? ¿Arriba o abajo? *risa pervertida*David: ¡Profa!
Ursula: (¡Ah! ya viene este chámaco a decir una babosada) ... ¿Qué paso David? :D