Las puertas se abrieron, el sol parecía tan brillante, y nada parecía tan diferente. Quería disfrutar y sentir que mi vida estaba tomando un camino mágico. Quizá después de toda una vida de sueños no puedes sentir la maravilla de saber que al fin estás en casa. Pero así como me produce la máxima felicidad que jamás sentiré, también me produce la más devastadora nostalgia... Porque sé muy bien que esto terminará. Sé perfectamente que la belleza de la vida es efímera...
Puedo sentir la brisa del casi desaparecido invierno. Las calles parecen tan cortas y a la vez tan infinitas, tan misteriosas y conocidas. Camino hasta la estación. Veo las vías del tren. Otro día de soledad ha pasado. La vida es tan hermosa. Duermo de nuevo entre mi amiga y la felicidad diaria.
Los cerezos han florecido, la primavera ha anunciado su llegada. Estoy feliz... Me pregunto si debería ser tan feliz... Pero así como llegaron, desaparecieron. Me pregunto qué tan profunda y efímera será mi vida.
Amor, odio. No sabía que vendrían en la misma composición de mis recuerdos.
Ayer pude ver más allá del horizonte, mucho más lejos de lo que había podido llegar, ¿sabes cómo influye eso en la vida de uno? Me pregunto por qué estoy yo aquí.
Si pudiera elegir ahora mismo, elegiría vivir. Si no fuera así, jamás podría haber experimentado todas estás lágrimas y sueños rotos en mil pedazos...
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